A través de los años hemos vivido muchas experiencias, eventos, circunstancias que en cierta forma nos han marcado y enseñado algo. Podríamos decir que esas experiencias de una u otra forma han ido construyendo nuestra realidad personal, pero sobre todo, nuestra personalidad. En mis entrenamientos hablo mucho sobre el nivel mental, que cada persona ve de distinta forma un mismo hecho, lo que para algunos puede ser un 6, para otros un 9 o un simple número. Si cada persona tiene un nivel mental distinto, ¿realmente estamos aprendiendo de las experiencias, bajo que criterio estamos construyendo nuestra realidad personal? Por ejemplo, supongamos que tu novio o novia te es infiel, ¿acaso esa experiencia te va a enseñar que todos los hombres o mujeres son iguales? ¿Es esa a la conclusión a la que vas a llegar?. A medida que hemos ido creciendo, hemos construido una realidad personal, una personalidad basado en el pasado, vivimos bajo las emociones de algo que nos «marcó» y que hoy probablemente nos hace vivir con ansiedad, depresión, enojo, culpa, vergüenza, tristeza, cólera, envidia. Vivimos en una realidad pasado – presente donde forjamos nuestro futuro basado en el pasado, porque esas emociones nos llevan a viejos pensamientos, y éstos a comportamientos y resultados.
Si somos conscientes que los resultados que tenemos son debido a nuestro estado del ser, es decir, como pensamos y como sentimos. ¿Qué resultados estamos forjando? El pasado es ahora tu presente, tú futuro y te encuentras en el terreno de lo conocido. Si nuestro estado del ser está anclado al pasado y por ende somos como somos, sentimos como sentimos, actuamos como actuamos y forjamos los mismos resultados una y otra vez, ¿no sería mejor construir un estado del ser que esté conectado al futuro? Uno de los propósitos de la meditación es precisamente ese, cambiar tu estado del ser y mantenerlo durante todo el día y todos los días hasta que haya un cambio en tu interior, hasta que tu mundo externo sea más real que tu mundo externo. Meditar no es una opción si quieres crear, meditar es la puerta a la divinidad, es la puerta a la verdadera transformación. Entonces imagina un estado del ser conectado al presente – futuro donde día a día vives como si lo que quieres ya se hubiera dado, donde en vez de la preocupación, hay seguridad, donde en vez del odio, hay amor, donde en vez de la tristeza hay alegría.
Cuando eres capaz de mantener tu estado del ser y vivir conectado al presente – futuro comienzas de pronto a sentirte mejor, a lograr más, de pronto obtienes ese empleo que tanto quieres, de pronto sanas de esa enfermedad, de pronto te dan ese préstamo que tanto querías, de pronto la vida te comienza a funcionar y de pronto aprendes a vivir. He visto a muchas personas aprender a hacer esto y han podido conseguir resultados sobrenaturales. Así que la pregunta que hoy puedes empezar a hacerte es: ¿Cómo me gustaría ser? ¿Qué exactamente quiero lograr? y después que te respondas, puedes preguntarte: ¿Cómo me haría sentir eso? Y escribir 5 emociones. ¿Por qué solo 5? Porque una emoción positiva jala muchas más. Una vez que tengas eso claro y lo acompañes con las meditaciones que lo puedes encontrar en el modelo de la creación, empezarás a conectarte más con tu futuro y a ser esa persona que quieres ser.
Cuando cambias tu estado del ser todo tu mundo externo cambia porque cuando tú cambias todo cambia. Y esto algo que irás descubriendo a medida que hagas el trabajo(meditar). Una vez que empiezas a crear ya no hay marcha atrás, querrás hacerlo una y otra vez. Este es el camino de pasar de vivir en un estado de supervivencia a un estado divino, créeme que vale 100% la pena, como siempre digo, sólo estás a una decisión de ir por la vida que tanto deseas.